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jueves, 15 de mayo de 2014

aviso


Mañana viernes 16 de mayo, a las 19 horas, se presenta la Antología Literaria del Centro Cultural Cerrillos, institución que preside nuestra compañera Yorka Gallegos.
El lugar es: Casa del Dirigente: Pasaje Benito Juárez 1056, entre Nueva León y Tijuana, Villa México, Cerrillos.

martes, 13 de mayo de 2014

El otro lado

Fabia colocó a medio día su planta frente al espejo. Observó desde el masetero hasta la última hoja que colgaba de ella. Mientras se acomodaba, notaba cómo la piel de las ramas se resecaba con el reflejo de su cuerpo. Muy, pero muy de cerca quiso tocar una de ellas  para notar la fragilidad y delicadez que emanaba del cristal. Solo quiso hacerlo, pero le dio vergüenza y temerosidad destruir tan bella imagen.

La horas pasaban y Fabia siempre estuvo quieta, sin mover más que sus pupilas y deleitarse con el corpóreo que engendraba la frialdad de un otoño atroz que se aproximaba.
De un momento a otro, las hojas comenzaron a partirse en fracciones imposibles de precisar, la planta se agrandaba en dimensiones que superaban el tamaño del espejo, imponiendo a cada instante una tormenta que dejaría totalmente húmeda la frente de la mujer.

La luz se escondía y la planta de a poco iba envejeciendo, formando música con los gemidos quejumbrosos de la anciana cuyas propias raíces nacían para verse descender desde su cadera.
Fabia se paró, se vistió y volvió a enterrarse junto a la siembra de sus padres.

Cada vez que adeondaba la fuica, se aproximaba contra ella la noesía real de su ejerponsio a las afueras de su piel.
Sus ojos, aquellos ojos andrisios de espera, colocaban en su manto las soses con que había ñoacido las mejillas ranpeúntes de la única vez que movió su dárgico con el pecho apasionado.

"A fuera de los desiertos
dan un paseo el árbol y mi sombra

contando desde un final
que no se entiende, que no se entiende
porque no se quiere admitir
que sin ramas y sin rastro

soy componente de la soledad".

miércoles, 30 de abril de 2014

Poemas de Gladys Salinas - ARCILLA




DOS PARES DE OJOS


En la semioscuridad,  dos pares de ojos
 observaban inquisitivamente
cada gesto que hacía
el olor del perfume envolvía
cada rincón de la pieza


En los tuyos había reproche
y rabia contenida,
en  los de él una gran ternura,

sospechabas mil tonteras
pestañeabas con cierto tic en tu ojo izquierdo.


En los ojos de él compresión
y obediencia,
tuve un gran conflicto
y al final me quedé con mi gato regalón.




REFLEJOS


Enjambres de avispas rodean tu cuerpo
reflejos de imágenes
faroles en perspectivas
calles bulliciosas
aguijones traspasan tu cuerpo
eres un ente ante la masa existente
te dejas llevar por el enjambre de avispas


Ya se ha olvidado que somos humanos,
y somos un cero
cero
cero.
en una computadora con nuestro chip apagado.


EL ESPEJO


Quizás ella no quiera mirarse al espejo
pues delataría secretos impuros
dando paso al cierre de una puerta sin llave.


Quizás tenga miedo de ver su propia sombra vagando
en los rincones que amaba,
olvidaba que a cierta hora del día se ponía a bailar sensualmente
se le erizaban los pezones
y las caderas las movía al ritmo de un soul,
aquel espectáculo era solamente para él,
que la miraba de reojo y movía la cabeza
diciendo en vos baja : - loca,
la consentía a veces dejando una rosa en la mesa,
con su silencio a cuestas cerraba la puerta pausadamente,
ella duda en mirarse al espejo no imagina retroceder
los momentos pues revelaría
sus secreto más profundos


Ahora ya es muy tarde el reloj se detuvo a destiempo
el espejo deja traslucir su figura que sigue bailando,
bailando sin detener su frenesí
nadie la podría juzgar
porque su esencia natural se lo impediría..

Así sin mediar en perjuicios ajenos
sigue su habitual rutina…


 SANTIAGO DE NOCHE


Se acerca la noche a paso lento
los faroles alumbran las calles
todo se va inundando de música y rostros singulares,
el rojo carmesí hace sonreír,
la catedral y las palomas duermen después de un DIA común,
y allí en medio de la cuidad se abre un mundo nuevo;
las floristas, los autos,
los personajes con máscaras fantasiosas dan rienda suelta a sus vidas.
 Un mendigo ruega por un pitillo,
 los amores extraños  se escabullen en medio de la nada,
las plazoletas son cómplices de risas y llantos
amanece y los barredores lavan la cara de la cuidad.
El campanario de la iglesia San Francisco  da sonidos anunciando el día
que bulle y grita  con nuevos pasos agitados
que van hacia destinos diferentes de un día más,
y  sigue la espera de otra noche en horas marcadas
 por un reloj tirado en el suelo.

viernes, 25 de abril de 2014

Ella era

__"Aquí ya no hay nadie"__ dijo por última vez. Siguió por un sendero tardío en el espacio con criaturas de diversas formas y reflejos,  que dormían sin pestañar, y sucedían solo con las añoranzas más profundas de aquella soledad que la invadían hasta lo más profundo.
Mientras avanzaba, dejaba su reloj gris-azulenco de números que por lógica se podían deducir,  y que en tiempos incómodos, Ryan se lo había obsequiado. No necesitaba sus horas, no necesitaba dependencias, sino dejarse tomar por la naturaleza que la llevó a sus exasperantes convicciones.


Estela produjo la mirada al escenario donde su cuerpo la estaba metiendo, no había luminosidad, no había árboles ni caminos de tierra, no había personas ni casas vecinas, tal como ella quería, así, y de esa forma, volvía a caer en sus memorias. Sus ropas floreadas y abundantes, hechas por el modelo señorial de su madre, y ahogadas en sus recuerdos, terminaron por impedir que se moviera, obligándola a dejar de respirar, y dejándola a expensas del tacto y oleaje.


__"Vida, la vida misma sin cara"__susurraron sus lágrimas bañadas de coral. __“No hay vuelta atrás, Ryan”__, sintió cuando cerraba sus ojos.  Apartaba sus sesenta y cinco lejos de la masa, del aguante y de la adaptación; estuvo siempre lista, sin embargo, un movimiento tosco le prohibió seguir en su realidad. De pronto, sintió su cuerpo como un bulto que era llevado por una fuerza extravagante.


Estela comenzó a  elevarse, hasta que fue cargada al otro lado del sendero. Su rostro cobraba respiración y sus ropas pesaban el doble, apenas abría los ojos, y con débil nitidez notó que era halada hacia la orilla. No era más que William, el perro anciano de Ryan, que siempre estuvo a disposición de su amo y Estela. Aquel can dejaba a la mujer acostada en medio de la arena, mientras que ella pensaba en las insistencias absurdas de su marido, quien que le exigía permanecer por todos esos años de convivencia.


__“Ryan, miserable"__pronunciaba su voz húmeda, y miraba al can como a un delincuente. Se sentía fracasada como nunca. Por su parte, William trató de animarla y tironeaba de sus ropas para llevarla de regreso a la prisión de Estela, aquella jaula donde rozó por última vez el aliento de su marido.

jueves, 24 de abril de 2014

Dos Poemas de Yorka Gallegos




ANOREXIA

Estilo poético
irrumpe pasarelas del Alto Las Condes
fucsia azul y blanco
hacen ruido sobre la seda del faldón
blusa al viento marca las tendencias del drapeado

siluetas giran y giran
como metáforas de carne y hueso
entre las luces del glamour

un desierto duerme en sus ojos
afirmado en las ojeras del insomnio
bambolea su cartera de sueños
que tal vez expira en otra estación.



DORMIDA


noches de invierno
descoloridas
como hojas muertas

no se cansa de llorar
por su hija enferma

el corazón envejecido
de tanto bregar
cual fino cristal
se quiebra


dormida está ahora
para no despertar
dejando a su amada niña
desvariando palabras necias
que nadie escucha
ni aborta el intento

tal vez una noche de estas
venga a su encuentro
para abrazarla dormida
y acariciar sus cabellos